La seguridad vial es una responsabilidad compartida que requiere del compromiso de todos: autoridades, conductores y ciudadanos en general.
En este contexto, la implementación de la tercera placa vehicular en el Perú se ha convertido en un elemento esencial para la fiscalización del tránsito y la reducción de la informalidad. Sin embargo, aún existe desconocimiento sobre su función y la importancia de su uso.
Desde el año 2010, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) estableció la obligatoriedad de la tercera placa, una calcomanía holográfica de alta seguridad que se coloca en el parabrisas del vehículo, a la altura del espejo retrovisor. A diferencia de las placas metálicas tradicionales, esta incorpora tecnología RFID (Identificación por Radiofrecuencia), lo que permite la lectura de la información vehicular a distancia mediante dispositivos ubicados en peajes, garitas y puntos estratégicos de fiscalización.
El objetivo de esta medida es claro: fortalecer la seguridad vial y mejorar los controles vehiculares. Gracias a la tercera placa, se ha logrado reducir la falsificación de placas, detectar vehículos robados con mayor rapidez y optimizar los sistemas de control de tránsito. Su implementación ha sido clave en la modernización del transporte en el país, facilitando una gestión más eficiente del tráfico y permitiendo una fiscalización automatizada que reduce la necesidad de controles manuales.
A pesar de sus beneficios, aún hay conductores que no cumplen con esta obligación. La normativa vigente establece que todos los vehículos inscritos a partir de 2010, así como aquellos destinados al transporte de carga o pasajeros y los que han sido transferidos o modificados en su registro vehicular desde ese año, deben contar con la tercera placa. No acatar esta disposición es una falta muy grave que conlleva sanciones severas: la retención del vehículo, una multa de 642 soles (equivalente al 12% de la UIT) y la reducción de 50 puntos en el récord del conductor.
Es imperativo que comprendamos que el uso de la tercera placa no es solo un requisito legal, sino una herramienta crucial para garantizar un sistema de transporte más seguro y eficiente. Su integración con sistemas de ciudades inteligentes y lectores de matrículas permite mejorar la gestión del tráfico, prevenir delitos y reducir los tiempos de verificación en puntos de control.
Hoy, con más de 3 millones de vehículos equipados con este sistema, estamos dando un paso importante hacia la modernización del control vehicular en el Perú. Sin embargo, aún queda camino por recorrer. Como ciudadanos responsables, debemos asumir nuestra parte en esta transformación, cumpliendo con las normativas y promoviendo un tránsito más ordenado y seguro para todos.