La marca de los cuatro aros dio un paso crucial hacia la sostenibilidad con el inicio de la producción del nuevo Audi A5 en su planta de Neckarsulm, Alemania. Este movimiento marca el comienzo de la fase de arranque más grande en la historia de la planta, con un enfoque decidido en la modernización y la eficiencia.
La planta de Neckarsulm ha sido completamente renovada para incorporar tecnología de vanguardia y procesos de producción sostenibles. Uno de los puntos destacados es el taller de pintura, que ha sido optimizado para reducir significativamente el consumo de energía, con ahorros de hasta 140 kWh por vehículo. Además, Audi ha implementado métodos innovadores para evitar la corrosión, como la pintura por inmersión catódica y un nuevo proceso de secado transversal, que son más eficientes energéticamente y adecuados para vehículos eléctricos e híbridos.
El compromiso de Audi con la sostenibilidad se refleja también en el uso responsable del agua. La planta utiliza un ciclo cerrado de agua en colaboración con la planta de tratamiento de aguas residuales local, lo que permitirá reducir el uso de agua potable en un 70% para 2025.
La producción en Neckarsulm también se caracteriza por un alto grado de automatización, con sistemas avanzados de transporte y montaje que mejoran la precisión y eficiencia en la línea de producción. El control de calidad se ha modernizado con tecnología de realidad aumentada, permitiendo inspecciones más rápidas y precisas.
Con estas innovaciones, Audi se asegura de que la planta de Neckarsulm esté preparada para el futuro, con el objetivo de alcanzar la neutralidad en emisiones de CO2 en 2025, en línea con su estrategia global de sostenibilidad.